A un año de iniciado su gobierno, la mafia aprista se tambalea. No encuentra más salidas demagógicas para ocultarle al pueblo lo que realmente representa: la defensa feroz de los intereses del imperialismo y del gran capital peruano. Arrinconado por el movimiento de las masas, que espontáneamente reclaman sus derechos a una vida digna, al criminal Alan García no le queda otra opción que dejar de lado su careta democrática y mostrar su real rostro represor. De esta manera ha emprendido con furia contra los trabajadores y en particular contra los maestros del SUTEP, desprestigiándolos, insultándolos, acusándolos luego de ser violentos e ir contra la ley, mientras a continuación los apalea y los encierra, pisoteando sus derechos elementales a la reunión y la protesta.
Sin embargo, las medidas policiacas del gobierno no han logrado detener las manifestaciones y paros en todo el país, y ante el levantamiento general, la burguesía peruana le pide desesperadamente a García orden. Éste ahora recurre a las fuerzas armadas y a los medios de comunicación mercenarios para intentar capear el temporal. La alianza criminal APRA- Fuerzas Armadas- Medios de Comunicación, empieza a preparar el terreno para una represión a gran escala, que pulverice los gremios sindicales y disuelva las protestas a sangre y fuego, dando un escarmiento a las masas. Por ello no es gratuita la campaña anticomunista que el gobierno ha iniciado. Tiene el claro objetivo de deslegitimar las movilizaciones, alertando infiltración subversiva o un complot chavista, creando la justificación para el ataque cobarde y criminal contra las organizaciones populares.
Ante esta perspectiva se abre claramente la necesidad de defensa de todo el pueblo en contra de un régimen fascista que busca destruir su persistente organización. Ahora es el SUTEP el sujeto del odio aprista, pero luego serán las centrales sindicales, las distintas federaciones clasistas y finalmente cualquier organización que defienda los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad. Las últimas movilizaciones han demostrado además que la unidad de las organizaciones sindicales y la solidaridad es imprescindible para resistir a las fuerzas represivas que utilizan también las tácticas psicosociales para debilitarlas. En estas circunstancias, la fragmentación y la división son los peores enemigos del pueblo y deben evitarse por todos los medios. Debemos bregar por unir las luchas y darles una dirección centralizada.
El Colectivo Socialista MASA demanda por lo tanto a las centrales sindicales y gremios nacionales; a la CGTP, CUT, CCP, CNA, a impulsar la conformación de una Asamblea Popular, que a su vez convoque a todas las organizaciones del pueblo, con el fin de elaborar un Plan Unitario de Lucha contra el régimen aprista. Un plan que, unificando las distintas reivindicaciones populares, sectoriales y regionales, empiece a gestar un real autogobierno de masas, mientras prepara las próximas acciones de fuerza y de defensa contra este gobierno represivo y hambreador. No puede haber más conciliación con el enemigo de clase, ni se puede caer en la ingenuidad de mesas de diálogo que buscan un respiro a la reacción. No se le puede exigir a un enemigo declarado que “cumpla sus promesas” electorales o luche contra la pobreza que el mismo causa y defiende. Sólo se debe exigir y luchar por su caída.
Lima, 17 de julio del 2007.
Comité Político- Colectivo Socialista MASA.
Sin embargo, las medidas policiacas del gobierno no han logrado detener las manifestaciones y paros en todo el país, y ante el levantamiento general, la burguesía peruana le pide desesperadamente a García orden. Éste ahora recurre a las fuerzas armadas y a los medios de comunicación mercenarios para intentar capear el temporal. La alianza criminal APRA- Fuerzas Armadas- Medios de Comunicación, empieza a preparar el terreno para una represión a gran escala, que pulverice los gremios sindicales y disuelva las protestas a sangre y fuego, dando un escarmiento a las masas. Por ello no es gratuita la campaña anticomunista que el gobierno ha iniciado. Tiene el claro objetivo de deslegitimar las movilizaciones, alertando infiltración subversiva o un complot chavista, creando la justificación para el ataque cobarde y criminal contra las organizaciones populares.
Ante esta perspectiva se abre claramente la necesidad de defensa de todo el pueblo en contra de un régimen fascista que busca destruir su persistente organización. Ahora es el SUTEP el sujeto del odio aprista, pero luego serán las centrales sindicales, las distintas federaciones clasistas y finalmente cualquier organización que defienda los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad. Las últimas movilizaciones han demostrado además que la unidad de las organizaciones sindicales y la solidaridad es imprescindible para resistir a las fuerzas represivas que utilizan también las tácticas psicosociales para debilitarlas. En estas circunstancias, la fragmentación y la división son los peores enemigos del pueblo y deben evitarse por todos los medios. Debemos bregar por unir las luchas y darles una dirección centralizada.
El Colectivo Socialista MASA demanda por lo tanto a las centrales sindicales y gremios nacionales; a la CGTP, CUT, CCP, CNA, a impulsar la conformación de una Asamblea Popular, que a su vez convoque a todas las organizaciones del pueblo, con el fin de elaborar un Plan Unitario de Lucha contra el régimen aprista. Un plan que, unificando las distintas reivindicaciones populares, sectoriales y regionales, empiece a gestar un real autogobierno de masas, mientras prepara las próximas acciones de fuerza y de defensa contra este gobierno represivo y hambreador. No puede haber más conciliación con el enemigo de clase, ni se puede caer en la ingenuidad de mesas de diálogo que buscan un respiro a la reacción. No se le puede exigir a un enemigo declarado que “cumpla sus promesas” electorales o luche contra la pobreza que el mismo causa y defiende. Sólo se debe exigir y luchar por su caída.
Lima, 17 de julio del 2007.
Comité Político- Colectivo Socialista MASA.
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